TATIANA SOLOVIEVA PRODUCCIONES
ANDREY SHARAEV, DIRECTOR GENERAL
El director general del Ballet Clásico Internacional, Andrey Scharaev, tiene una impresionante trayectoria artística y su experiencia le hace un profesional excelente. Tras graduarse de la Escuela de Ballet de Moldavia, trabajó como solista en el Teatro Nacional de Ópera y Ballet de Moldavia durante diez años. Además, actuó como solista invitado en giras por España, Portugal, Grecia, Alemania, Holanda, Bélgica, Suiza, Suecia, Finlandia, Noruega, Gran Bretaña, EE. UU. y Canadá. Se graduó como profesor y coreógrafo en la Academia de Música, Teatro y Bellas Artes de Chisináu (Moldavia) y trabajó en numerosas compañías de renombre como el Columbia Classical Ballet (EE. UU.), el Ballet Imperial Ruso, el Ballet de Moravia (República Checa) y el Philadelphia International Ballet Theatre (EE. UU.).
El cascanueces es un cuento del Romanticismo alemán, con música de un compositor ruso que cobró vida en el escenario por un coreógrafo francés. El personaje principal es Clara, una niña que baja las escaleras de su casa en Nochebuena para jugar con su regalo favorito, un cascanueces, y ahí comienza su aventura mágica en la que ambos tienen que derrotar a un ratón. Después, Clara y el cascanueces vuelan en trineo a través de la Tierra de las Nieves hasta el Reino de los Dulces, donde son testigos de una deslumbrante exhibición de bailes.
En esta obra hay un mundo mágico de niños pequeños, juguetes, un árbol de Navidad, copos de nieve y dulces, todo con la perfecta composición de Chaikovsky. La obra se compone de dos actos. Dentro del segundo acto, se representa el Vals de las flores, una de las piezas más famosas de la obra, que presenta a las flores rindiendo homenaje a Clara y al cascanueces, ya convertido en príncipe. Posteriormente, pasamos al Gran pas de deux: Clara y el príncipe participan en un elegante ballet, un emotivo momento culminante. La obra concluye con una coda final que celebra la victoria del bien y el regreso de Clara a su casa.
La partitura de El cascanueces es un testimonio musical de la genialidad de Chaikovsky. Cada nota y cada melodía transporta al oyente a un mundo mágico lleno de fantasía. Desde el emotivo Vals de las flores hasta la Danza rusa, la diversidad musical de esta obra refleja la habilidad única del autor para crear paisajes sonoros. Chaikovsky utiliza una amplia variedad de melodías a lo largo de la obra. Cada personaje tiene su propio tema musical distintivo. La incorporación de instrumentos como flautines, celesta y arpas añade un toque mágico a la partitura.